John Kennedy Toole "La conjura de los necios"


Libro La conjura de los necios
"La escena que contemplaron mis ojos fue apremiante y repelente al mismo tiempo. En Levy Pants se ha preservado para la posteridad la cárcel-fábrica de inicios de la era industrial. Si la Smithsonian Institution, ese sobre sorpresa de los desechos de nuestra nación, pudiera, de algún modo, empaquetar herméticamente esta fábrica y transportarla a la capital de los Estados Unidos de Norteamérica, con todos sus obreros inmovilizados en actitud de trabajo, los visitantes que acudieran a ese discutible museo defecarían sin duda en sus chillones atuendos turísticos. Es una escena que combina lo peor de La cabaña del tío Tom y de Metrópolis, de Fritz Lang. Es la esclavitud de los negros mecanizada; ejemplifica el progreso que ha hecho pasar a negro de recoger algodón a cortarlo y coserlo. (Si estuviesen aún en la etapa recolectora de su evolución, al menos estarían en un entorno campestre saludable cantando y comiendo sandías, como se supone que hacen, según creo, cuando están en grupos al fresco.) Sentí que se sublevaban mis profundas y enérgicas convicciones respecto la injusticia social. Mi válvula tuvo una violenta reacción. (Respecto a las sandías, he de decir para que no se ofenda alguna organización profesional de derechos civiles que nunca he sido un observador de las costumbres populares norteamericanas. Quizás me equivoque. Supongo que hoy la gente coge el algodón con un mano mientras que con la otra sostiene un transistor pegado a la oreja para que vomite boletines sobre coches usados y suavizantes pai el pelo y peinados Corona Real y Vino Gallo en sus tímpanos, con un cigarrillo mentolado con filtro colgando de sus labios y amenzando con incendiar todo el algodonal. Aunque resido en las riberas del río Mississippi [Río famoso gracias a versos y canciones atroces, el motivo que más predomina es el que intenta convertir el río en una imagen paterna sustituta. En realidad, el río Mississippi es una masa de agua siniestra y traicionera cuyos remolinos y corrientes llevan anualmente muchas vidas. No he conocido a nadie que se hubiera aventurado a introducir siquiera la punta del pie en sus asquerosas aguas contaminadas, en las que bullen heces, residuos industriales y mortíferos insecticidas. Hasta los peces se están muriendo. En consecuencia, el Mississippi como Padre-Dios-Moisés-Papi-Falo-Pa es un símbolo totalmente falso, creado imagino, por el funesto farsante llamado Mark Twain. Esta incapacidad de establecer contacto con la realidad es, sin embargo, característica de casi todo el "arte" de Norteamérica."

Fragmento de "La conjura de los necios" de John Kennedy Toole 

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