"El camino del artista" Julia Cameron

el camino del artista

Este libro es un curso para descubrir y rescatar la propia creatividad. Nos plantea una serie de herramientas que nos ayudarán a terminar con el bloqueo creativo. La práctica constante de la escritura diaria, los encuentros "con el artista", el juego y una exhaustiva introspección harán que modifiquemos nuestra conciencia. La reconocida escritora y artista Julia Cameron nos entrega doce lecciones para encender o rehabilitar nuestra creatividad y encontrar el sentido de vivir. Un libro genial para escritores, poetas, actores, pintores, músicos o para cualquier persona.


Fragmentos de "El camino del artista"

"El arte es una transacción espiritual. Los artistas son visionarios. Nuestra práctica habitual se basa en la fe: vemos con claridad un objetivo creativo que resplandece en la distancia y nos movemos hacia él a pesar de que, por visible que sea para nosotros, quienes están a nuestro alrededor no lo ven. Aunque sea difícil recordarlo, es nuestro trabajo lo que crea el mercado, no el mercado lo que crea nuestro trabajo. El arte es un acto de fe y el modo de practicarlo es haciendo arte. A veces nos obliga a hacer peregrinajes y, como muchos peregrinos, dudamos de haber sentido la llamada al tiempo que respondemos a ella. Porque no hay duda de que respondemos a ella....

"No importa tanto la teoría como la práctica en sí misma. Lo que estarás haciendo será crear caminos en tu conciencia a través de los cuales puedan operar las fuerzas creativas. Una vez que aceptas que hay que limpiar esos canales, tu creatividad emerge. De algún modo tu creatividad es como tu sangre. Así como tener sangre es un hecho innegable de tu cuerpo físico, no lo has inventado, la creatividad es un hecho innegable de tu cuerpo espiritual, nada que tengas que inventar....

Cuando quieras alimentar tu manantial piensa en términos de magia. Piensa en placer. Piensa en juego. No pienses en obligaciones. No hagas lo que crees que deberías hacer como si fueran abdominales espirituales (por ejemplo, leer un texto muy aburrido pero recomendado por la crítica). Haz todo aquello que despierte tu curiosidad, investiga sobre todo aquello que te interesa: concéntrate más en el misterio que en la maestría. El misterio nos atrae, nos seduce, nos atrapa, mientras que el deber puede agarrotarnos, provocarnos rechazo, desmotivarnos...

Con demasiada frecuencia los impulsos artísticos del niño artista son pasados por alto o reprimidos. A menudo con la mejor de las intenciones, los padres intentan fomentar en el niño una personalidad más sensata. «¡Deja de soñar despierto!» es una advertencia que se escucha mucho; y otra, «Nunca llegarás a nada si sigues con la cabeza en las nubes». A los bebés artistas se les anima a pensar y a actuar como bebés médicos o abogados. Es raro que una familia, enfrentada al mito del artista muerto de hambre, aconseje a sus hijos que sigan adelante e intenten labrarse una carrera artística. Si de forma extraordinaria se les da algún tipo de apoyo, será para animarlos a que piensen en las artes como un hobby, un relleno creativo en los márgenes de la vida real. Para muchas familias una carrera artística existe fuera de su realidad económica y social: «El arte no te pagará las facturas». Por tanto, si al niño o a la niña se le permite pensar en el arte como trabajo, tendrá que hacerlo de una manera sensata...

Recuerda: tu artista es un niño. Encuentra y protege a ese niño. Aprender a permitirte crear es como aprender a andar. El niño artista debe empezar gateando. A eso le seguirán pequeños pasos y habrá caídas. Para recuperarnos de nuestros bloqueos creativos es necesario ir despacio y con suavidad. Lo que buscamos aquí es cerrar viejas heridas, no abrir otras nuevas. ¡Nada de saltos de altura, por favor! ¡Los errores son necesarios! Los tropiezos son normales: pasos de bebé. Recuerda que para recuperarte como artista debes estar dispuesto a ser un mal artista. Date permiso para ser un principiante. Creer en la propia creatividad es un comportamiento nuevo para muchos de nosotros. Es importante recordar que, al principio, volverse cuerdo produce las mismas sensaciones que volverse loco. Se dan reconocibles vaivenes en el proceso de rehabilitación de nuestro yo creativo. A medida que vamos ganando en fortaleza, también se hacen más fuertes los ataques de duda sobre nosotros mismos. Esto es normal, y podemos gestionar mejor los ataques más fuertes si los vemos como síntomas de rehabilitación.... Al principio de nuestra rehabilitación creativa la duda sobre nosotros mismos puede conducirnos al autosabotaje...

Muy pronto las técnicas que aprendas te permitirán enseñar a los demás. Muy pronto serás un puente que permitirá a otros cruzar de la inseguridad a la autoafirmación. Por ahora protege a tu artista interior negándote a enseñar páginas matutinas a observadores interesados o a compartir tu cita artística con amigos. Dibuja un círculo sagrado alrededor de tu rehabilitación. Concédete el don de la fe. Confía en que estás en el buen camino. Lo estás. A medida que tu rehabilitación vaya progresando llegarás a experimentar una fe más cómoda en tu creador y también en tu creador interior. Aprenderás que en realidad es más fácil escribir que no escribir, pintar que no pintar, etcétera. Aprenderás a disfrutar del proceso de ser un canal de creatividad y a renunciar a tu necesidad de controlar el resultado. Descubrirás la alegría de poner en práctica tu creatividad. Te concentrarás en el proceso, no en el producto. Tu propia curación es el mayor mensaje de esperanza para los demás.."

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