"El arte y la ciencia de no hacer nada" Andrew Smart
Se descubrió que el cerebro permanece muy activo cuando uno no está concentrado en una tarea en particular o cuando se está en reposo. Andrew Smart nos explica que la multiactividad (multitask) es perjudicial para el cerebro. El cerebro necesita estar ocioso para ser creativo. Un libro provocador para una sociedad adicta al trabajo donde cada vez hay menos permiso para "perder el tiempo".
Fragmentos de "El arte y la ciencia de no hacer nada"
"...Permitir que el cerebro repose abre el sistema para que sea posible aprovechar los mecanismos de no linealidad y aleatoriedad, y amplifica la tendencia natural del cerebro a combinar percepciones y recuerdos y convertirlos en conceptos nuevos. Datos no sistemáticos obtenidos a partir de la observación de escritores y artistas, así como investigaciones psicológicas recientes constituyen la base de la idea de que, con el fin de aprovechar a fondo el potencial creativo del cerebro, un sistema complejo no lineal, debemos permitirnos gozar de períodos extensos e ininterrumpidos de ocio. Como mínimo, es posible que el descanso sea tan importante para la salud cerebral como lo es la actividad mental dirigida, si no más."
"...El confucianismo despreciaba el trabajo arduo e idealizaba, en cambio, el ocio y la falta de esfuerzo. Según Lawrence E. Harrison, un investigador de larga trayectoria de la Universidad de Tufts, «para los chinos, Sísifo no es una tragedia sino una broma hilarante». Harrison señala que el principio filosófico fundamental del taoísmo es wu-wei, no esfuerzo, lo que significa que una persona verdaderamente iluminada en el terreno espiritual o intelectual vive con el gasto mínimo de energía. En asuntos militares, los antiguos chinos sostenían que un buen general obliga al enemigo a agotarse y espera la oportunidad adecuada para atacar, usa las circunstancias para su propia ventaja y desarrolla la menor actividad posible. Esta noción es la opuesta a la idea occidental de tratar de lograr algún objetivo predefinido con un inmenso despliegue de fuerzas y esfuerzo. Resulta paradójico, en consecuencia, que a pesar de la extensa historia de China en lo que respecta a aceptar el ocio, esa nación se conciba en la actualidad como la fábrica del mundo."
"...Taylor trató de reemplazar el conocimiento y la experiencia del obrero especializado por una técnica estandarizada y «científica» para realizar el trabajo. Si bien el taylorismo fue y sigue siendo inmensamente popular entre los integrantes de la clase empresarial, los principios no despertaron el entusiasmo de los humanistas en general. En 1920, tal vez como reacción frente a la creciente taylorización, el dramaturgo checoslovaco Karel Capek introdujo el concepto del robot, un obrero totalmente mecanizado, sin alma, deshumanizado en los aspectos físico y espiritual. La palabra «robot» significa «obrero» en checoslovaco. Ese mismo año, el humorista estadounidense Christopher Morley publicó su ahora clásico ensayo On Laziness: «El hombre que es verdadera, cabal y filosóficamente perezoso es el único hombre feliz por completo. Quien se beneficia del mundo es el hombre feliz. La conclusión es evidente»."
"...Este libro propone tomar con seriedad la noción de reverberación... y usar la neurociencia como la excusa definitiva para entregarse al ocio. Una de las grandes paradojas de la vida moderna radica en que la tecnología, a pesar de sus ventajas, está quitándonos en realidad nuestro tiempo para el ocio. Ahora estamos conectados las veinticuatro horas del día, los siete días de la semana. El ocio se ha vuelto anacrónico. La «red de estado de reposo» (RSN) o «red neural por defecto» (DMN por sus siglas en inglés: default-mode-network), como se denomina, fue descubierta por el neurocientífico Marcus Raichle, de la Universidad de Washington, St. Louis, en 2001. Esta red se activa cuando no hacemos nada. Raichle observó que cuando sus sujetos yacían en un equipo de resonancia magnética efectuando las exigentes tareas cognitivas requeridas para sus experimentos, había áreas cerebrales cuya actividad, en realidad, disminuía..."
"...La red de estado de reposo interviene en los momentos en que se deja vagar la mente o se sueña despierto. Se activa cuando estamos echados en el césped una tarde de sol, cuando cerramos los ojos o cuando miramos por la ventana mientras estamos en el trabajo (si tenemos la fortuna de tener una ventana en el lugar de trabajo). Lo más interesante, quizá, es que esos raros momentos en que exclamamos «¡Eureka!» pueden ser más frecuentes entre las personas que permiten que sus redes de estado de reposo dispongan de tiempo para reverberar. Para muchos psicólogos experimentales y neurocientíficos, aceptar la idea de una red de estado de reposo no es fácil, puesto que un supuesto fundacional de la neurociencia cognitiva consiste en que a menos que se estimule el cerebro con una señal externa, cualquier actividad cerebral detectable no es más que ruido. ¿Cómo es posible que exista una red cerebral coherente dedicada a no hacer nada? En la actualidad, la importancia de la red neural por defecto es tema de controversia en los campos de la psicología y las neurociencias..."
"Pensadores como Bertrand Russell, Rilke y Oscar Wilde tal vez hayan aprovechado algo que la neurociencia moderna recientemente está empezando a descubrir. Esos pensadores, y muchos más, sostuvieron a lo largo de sus vidas que una persona solo podía realizar su potencial con plenitud a través del ocio. Puede sonar paradójico: después de todo, nos enseñan desde una edad muy temprana alguna variante del dicho «el diablo encuentra trabajo para las manos ociosas». Pero, dada la concepción del cerebro que está naciendo del trabajo de las neurociencias modernas, puede no ser accidental que a medida que nuestros horarios laborales se extienden, nuestro bienestar mental y nuestra salud física disminuyen. El cerebro humano es único en el reino animal por contar con capacidad para idear soluciones innovadoras para los problemas."
"...En la Europa del siglo XVI, donde tiene sus raíces el puritanismo, Calvino y Lutero tenían la convicción de que Dios había ordenado el trabajo continuo e instaban a los fieles a elegir un trabajo y trabajar «como si fuera el puesto de un centinela, sin abandonarlo a la ligera». Incluso alentaban el trabajo forzoso de pobres y desocupados como un modo de mantenerlos «en la senda de la vida justa». En la época de Lutero, Europa empezaba a urbanizarse y la población se multiplicaba con rapidez. Como resultado, creció el hacinamiento, el desempleo y la inflación. La pobreza urbana se multiplicó de manera explosiva en sitios como Londres, Venecia y Ámsterdam. Incapaces de comprender el funcionamiento de la macroeconomía, fanáticos como Lutero vieron a las nuevas masas pobres urbanas como «holgazanes indolentes» cuyo pecado original de la holgazanería debía castigarse con trabajo arduo. Podemos rastrear las raíces de nuestra obsesión actual con el trabajo y la eficacia a la equivocada idea luterana de que la pobreza es producto de la holgazanería, en lugar de pensarla como resultado de complejas circunstancias socioeconómicas. La holgazanería se consideró un mal. Si lutero hubiera estudiado sociología, tendriamos más de dos semanas de vacaciones al año. Las consecuencias de la furibunda filosofía antiocio de Lutero, en especial en los Estados Unidos, se evidencian en nuestras absurdamente cortas vacaciones y nuestra ética del trabajo compulsivo..."
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